Vale quizá la anterior poesía no era tan alegre como se esperaba ,por eso y para enmendar un tanto mi error , pongo esta otra directamente copiada de la última revista de Torreta Gaztea que salió ; si no recuerdo mal en 2005 y que hará rememorar en la mente de mi amiguete Ignacio y en otros que me conocieron episodios de nuestra alegre juventud.
1 comentario:
Ahora si, a la felicidad de la infancia no hay con que darle, será porque allí fuimos inmortales, eternos y teníamos intacta la capacidad de sorpresa. No nos olvidemos de agradecer a Ignacio, esta resurrección se la debemos en parte a la vigencia de sus recuerdos.
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