El rellano de la calle
Lleno de palomas blancas,
Que quieren sembrar la tierra
Con tonos verde esperanza.
Enemigos de lo ajeno
Dispuestos a acribillarlas,
Amenazan escondidos
Con las iras desatadas.
Cogen las armas del odio,
Y se enfrentan en batalla.
Caen por tierra los infieles;
Fieles a su extraña patria.
¿ De qué a servido la lucha
para morir por la causa?
¿ qué causa extraña es esa
sinrazón de la ignorancia?
¿ y qué extraña paz es esta
que se ganó en la batalla?
Si de uno y otro bando,
Sólo queda muerte y nada;
Esa muerte con guadaña
Que la mala hierba iguala.
Muerte que a todos llega;
A los hombres, a las plantas,
A los peces de la charca,
A los pájaros del alba,
A las pestilentes ratas,
A la noche en la mañana.
Todos somos igualados
Con afilada guadaña.
Si aún hay vida en torno nuestro
Debemos aprovecharla.
Impidamos que unos pocos
Consigan arrebatárnosla.
Vuelen libres las palomas.
Que nunca silben las balas.
Hacia el cielo del futuro
Con inmaculadas alas.
José María Montejo H.
2 comentarios:
La pazta
Muy agudo querido watsont!!
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